Todo mi cuerpo estalla en ebullición, como si por mis células pasaran chispas que calcinan viseras, glándulas, que electriza la sangre enardecida, recorre todo mi ser, el fuego quema desde el pecho y se esparce como una hoguera, entibia mi aura completa, ya no hay colores sólo matices de llamaradas se pueden sentir desde mi piel, una pasión que me condujo por caminos de éxtasis, la razón desaparecía y una amnesia pasional enmudecía intermitentemente la memoria.
Es el ahogo del calor que desespera, que altera, sensación que nos envuelva de fulgor, es una entrega de la materia viva para unir dos almas, vértice donde la ira se confunde, te golpea, te supura, en un volcán sangriento de lava blanquecina, que expira vapor húmedo desde las entrañas y aflora a la superficie, sudor oliente de lujuria, atmósfera de intimidad y sentidos primitivos, lenguaje de cuerpos nudos y naturaleza de origen.