Carta a la amistad


Querida Amiga, al momento de pensar y conectarme a mis sentimientos surge un color de ternura, suavidad, y calidez de momentos de gran bondad, de amor profundo, amistad que inunda mi ser con una claridad inmanente, fulgor de luz resplandeciente, paz, armonía que diluye toda tensión y cobija cual manto angelical que inmuniza el desden, todas las carencias, todas las indiferencias, que calma toda angustia, la singularidad de la amistad, la hace única, singularidad voluntariosa de unión y apego de seres especiales que encontramos en el sendero de la vida, pluralidad de sentimiento único y especial – la amistad – sensación placentera, bondad de ilusión, inunda de amor el vacío, llena la soledad, comparte el dolor, órbita paralela que se funden al calor del sol, tus dolores son los míos, tus temores son débiles cuando te siento cerca, se evade el miedo, las alegrías son más intensas junto a ti… 
"Los amigos son semillas y la amistad es la cosecha de lo sembrado a lo largo del tiempo".

a Mis Hermanos



Caminando de vuelta a casa,  una noche, invaden miles de recuerdos y hechos que ahogaban mi memoria, que provoca la distancia, como nos alejamos, donde quedó el amor de hermanos, por que nos invadió la incomprensión, los entredichos, la incomunicación, los sin sabores, los desacuerdos, transformándose en distancia, en barreras, trincheras y espinas de odiosidad que marcaron fronteras, gritos sordos.


Evoco recuerdos, claras imágenes de niños revoltosos, relaciones fraternales, enlazados con juegos infantiles, momentos felices, coludidos para sorprender a escondidas, dispuestos a abrazar todo método de diversión, comiendo juntos, el frío no nos paralizaba ni nos impedía estar en el patio en fríos y grises inviernos.  Nuestras mascotas se suman a la diversión, felices compañeros de juegos.

Recuerdo los viajes a Valparaíso, el puerto, el reloj de flores, las escaleras de las torpederas, fueron tantos los recorridos de niños junto a nuestros padres, como podemos retroceder el tiempo para contenernos de la distancia, de la lejanía, de la incomprensión, y eternizar bellos e inolvidables momentos, mi perra, crespa, color gris, muy sociable y le gustaba salir a la calle, recuerdos las salidas del grupo scout, los amigos, los campamentos a nuestro jefe de tropa, cuya habilidad gráfica era inigualable, recuerdo su nombre Rodolfo Llanos, era cabello rubio, ojos color verde, de aspecto fuerte muy tierno que lindos días felices. 

¿Que somos?

Somos  tan pequeños, mínimos, expresión diminuta de la existencia, creación de inmanencia causa, proyecto que fue concebido por la inspiración de la naturaleza, nos sentimos seres únicos y controladores del mundo, causas de asombro y policromía de arco iris, quienes somos realmente en el universo profundo, denso e infinito.  Estelas solares de astros fugaces, ilusorios habitantes del espacio amplio, profuso e indeterminado. Que somos, quienes somos, que al menor movimiento de nuestros cimientos, nos sentimos tan pequeños, diminutos seres en movimiento, nos pones al límite de la muerte.  

Mineros de Chile


Un pueblo fuerte de hombres de forjados a fuego y hierro, que no temen al rigor, que conocen la tierra, que la tierra los ha formado de roca y metal, por otro lado un grupo de hombres de la misma clase que son técnicos de la ciencia, y un pueblo entero que se entrega a ellos, a la lección de hombres fuertes y rudos, con un alma de algodón, desecha por aislamiento precario, somos todos chilenos y tenemos de esa misma semilla, el rigor de un pueblo alejado del mundo, que supo crear soluciones ante las dificultades.

País sencillo pero que ha dejado una lección al mundo de fuerza, esperanza y de humanidad y que nos deja como lección, que somos más humanos ahora que antes, que nos hemos conectado más con nuestra propia profundidad y que nos ha enseñado a descubrir y explorar nuestra propia fuerza, el valor de la vida de hombres simples.   Vivamos todos los chilenos, que un terremoto no nos derrumbó, que un derrumbe no termina con la vida de los 33 mineros, sino que comienza a escribirse una historia de mineros que han sido escultores de una trayectoria de la historia de las entrañas de la tierra del Chile, de aquellos que han sido víctima de otras muertes como de la de Santa María, Lota, El Chiflón del Diablo y tanto otros piques, será ésta una episodio sin transcendencia?

Hojas secas de Otoño


El temido frío, la entrada un otoño tímido, adormilado y prudente que envía sus primeras señales de entrada, un otoño de encierro, dejando atrás recuerdos de un reciente verano, sol resplandeciente, calor en abundancia, color de cálidos amarillos, naranjas y verdes, mezcla de colores vivos, en todos sus matices que parecen brillar y aumentan el fulgor de un verano esperado, que motiva los sentidos, humedece las sienes y la cabellera, exhalando el dolor del largo y gélido invierno y cambiando todas nuestras células grises por nuevas color canela, el tacto se vuelve más sensible se siente más los cuerpos cercanos, que dejan ver el esculpido de la naturaleza en cada ser que deambula por las calles, cada individuo como si un artista combinara todas las formas, tamaños, dimensiones y describiera cada ser por sus figuras esculpidas con extrema bondad.

Es otoño, ello ya es sólo un recuerdo, camino por días grises y con vientos suaves entre la naturaleza muerta, hojas resecas que fueron nuestros silenciosos refugios en medio de un sol implacable de verano, hojas que sabiendo de su corta vida no dudaron, no cuestionaron sus existencias, sabiendo que su papel tenía un fin indiscutible, que simple y que grandiosa es una vida sin cuestionamientos, es que acaso no vivimos lo suficiente para saber que no somos seres individuales, sino colectivos y que estamos llamados a ser comunidades de contención y sociedades de amor, tal parece que hemos tomado tan solo una parte del mensaje de la existencia,  que nacimos solos para vivir y servirnos de la vida sin detenernos a reflexionar que estamos interrelacionados por la madre naturaleza y ella nos une como una red de secuencias de diferente origen pero de fin comunes, somos uno y uno somos toda la naturaleza.

Fuerza del deseo


Todo mi cuerpo estalla en ebullición, como si por mis células pasaran chispas que calcinan viseras, glándulas, que electriza la sangre enardecida, recorre todo mi ser, el fuego quema desde el pecho y se esparce como una hoguera, entibia mi aura completa, ya no hay colores sólo matices de llamaradas se pueden sentir desde mi piel,  una pasión que me condujo por caminos de éxtasis, la razón desaparecía y una amnesia pasional enmudecía intermitentemente la memoria. 

Es el ahogo del calor que desespera, que altera, sensación que nos envuelva de fulgor, es una entrega de la materia viva para unir dos almas, vértice donde la ira se confunde, te golpea, te supura, en un volcán sangriento de lava blanquecina, que expira vapor húmedo desde las entrañas y aflora a la superficie, sudor oliente de lujuria, atmósfera de intimidad y sentidos primitivos, lenguaje de cuerpos nudos y naturaleza de origen. 

El Fin del Mundo




El recorrido por las Torres del Paine, ha sido impresionante, como la naturaleza y la creación, en un composición seductora formaron la Patagonia, que nos sobrecoge, deja una huella imborrable y emotiva, registro y perfección de montañas afiladas, talladas por el tiempo, repertorio mudo de otras eras, existencias cubiertas por un gélido pasado misterioso, el sol matiza e ilumina con luces de colores, baño de calor de artista, matices de grises oscuros y luminosos, montañas macizas que simulan acogimiento impregnado de mutismo que sacude los sentidos y remueve las entrañas de tu propia existencia, que deja expresar a tu ser, creando una atmósfera de intimidad y contención, mostrando el lenguaje que brota desde las paredes internas del corazón. Montaña escarpada con misterio de olvido y soledad, cubierto por la bondad de lo divino y celestial, como si guardado en sus cofres de hielo se encontrarán ángeles durmiendo en una vigilia eterna, guardianes colosales del creador.




Este paisaje pintado de visos de coloraciones verdes, con tintes de frutos y espinas que acogen los copos de nieve, bosques de lenga, anfitriones disgregados por la tierra austral que reciben a los visitantes, los mismos que se sorprenden apreciando la geografía y víctimas de sus fuertes vientos que han dejando las copas de los árboles inclinados, como estatuas de cera, cual ejército de caminantes de cabelleras nativas, curvados por vientos arrolladores y violentos han quedado solidificados para no contrariar al viento. Todo ello en un fondo celestial de gama de azules turquesa de lagos celestes de cielo que han quedado plasmado en cuadros coloridos por una comunidad cosmopolita de artistas que enmudecidos por el encanto de esta tierra sagrada, dejan con su pincel un sueño del confín del mundo.

Soledad amiga

Me detengo a pensar en la soledad, escasean las palabras, ahora me parece tan ajena, tan extraña, que ingrata, venías frecuentemente a mi mirada, me veía a través de tus ojos, en vacío, eras la amiga del minuto y de todos ellos juntos, era la inmensidad de días fríos y nubosos, grises de inviernos eternos, tristes, largos e interminables, que pasó, en un pestañazo, no te veo, no te siento, intento mirarte desde esas ventanas, desde esos cristales de antes,  y me cuesta, me quedo muda, y vuelvo escudriñar en todos los rincones de mi conciente, pequeñas señales, frases, estrofas, que fue, olvido, abandono o simplemente nube, será que me has abandonado, en que momento, ahora no soy invitada a tu casa.  No recuerdo cuando me alejé, sólo encuentro en mi memoria el dolor, el vacío infinito, el ardor que recorría mi ser entero, lo gélido, los rasguños del alma, que formaban rasgaduras ensangrentadas, era mi más fiel compañera, fueron tantas las páginas que urdían un mensaje singular propio de mi alma en pena, lágrimas se impregnaron en medio de las líneas, dibujando testimonio de un deambular de implacable angustia de intimidad, desolación, miré tantas veces por el cristal para observar los mundos vecinos, y poseer por un minutos sus vidas para escapar del hielo eterno de esa soledad amiga, pero me tenía bajo prisión de días y días,  noches y más noches, tardes oscuras, meses, y años

Caminos de sueños


Cuando camino por la calle de la posta veo una cuadra con los dormitorios sin vidrios, los del aire libre, descanso de mil estrellas de los soñadores del cemento, los que salieron a comprobar la vida que tal vez escucharon de sus padres,  y de  los que ganan las monedas entre bocinas, por que ellos también buscaban la casa propia, donde se resguardarían del frío de la lluvia y el viento,  pero dejaron entrar al viento y se hicieron amigos del frío que no nubla y del sol que calma, que entibia la vereda polvorienta y dibuja un nuevo día.    

El Viejito Juan



Don juanito, es un viejito canoso, te brinda un  saludo amable algunos días, en otros está rasposo, alejado.  Los surcos de su cara miran hacia el suelo, cuando está alegre te dice cosas al pasar y sonríe,  los que lo conocen dicen que se olvida de las cosas, pero lo enmudece la velocidad, el apuro, el busca en su memoria y está tan lleno de recuerdos, de hechos, caminos recorridos de sueños, algunos no realizados, pero su memoria se pierde en otros tiempos, hurguetea, goza y no se olvida de las cosas importantes, sólo se olvida de lo que no quiere recordar.

Cabellos Platinados en Piel Morena


Cabellos platinados en piel morena, cabello oscuro propio, auténtico,  rasa natal de volcanes, lagos y montañas de cielos azules, y de la conquista extranjera, que arduos años de disputas, fundieron la raza chilena con linaje de guerreros, mujeres valientes, arenas oscuras, lacios y resistentes cabellos,  en la oscuridad de la noche, piel de roble y lenga, cabello cubierto de tintes acerados, color trigo, vacilación de una cultura urbana, aspiración europea que se confunde con la propia de origen territorial que abraza y provee culto a lo afuerino, rubio en una piel parda, en ojos oscuros y talla media, adornando lo genuino.

Vida Urbana

En momentos me escapaba, deseaba penetrar rostros urbanos, corredores, ires y venires de gentes, Mi caminar tenía nostalgia de tiempos felices, de inocencia, simpleza.  Los rostros urbanos que veía pasar frente a mis ojos, me preguntaba serán ellos felices?, que nos hace símiles, todo parecía que el mismo vacío rondaba a los caminantes, a los canes de vistosos accesorios, como si desearan empatizar con sus amos, vociferar sus propias independencias, habitantes de modernos casilleros de vida urbana, donde la existencia es cómoda y suficiente, lugares diseñados para la convivencia del encierro y el silencio, no obstante, la eventualidad nos enfrenta con un ser extraño, otro habitante de la urbanidad, galaxias diminutas, volando en un universo de estrellas solitarias, cuyo brillo se puede ver sólo al interior.  El otro no existe se ha sustituido, reemplazado  y todos formando burbujas controladas desde dentro, en un ciudad creada para el bienestar de los que la habitan, pero el origen de la creación fue otro y nuestros miedos han tergiversado la versión, las heridas dejaron huella que tomaron la individualidad como escudo, a las mascotas como elementos de control, amor por sumisión de seres silenciados y complacientes, sin replicas, se muestran felices cuando asomas, no saben de odio ni rencores, son amigos de toda hora.